Castilla-La Mancha sacará nuevas ayudas a comunidades energéticas por 10,6 millones y en 2026 creará una unidad de agilización burocrática

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El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, avanzó el pasado 24 de septiembre que, antes de final de año, el Gobierno regional sacará una nueva orden de ayudas para el aprovechamiento de energías renovables en comunidades energéticas y de propietarios, dotada con 10,6 millones de euros.

Además, a fin de “desbrozar” burocracia en este ámbito, adelantó que el próximo ejercicio 2026 se va a crear una unidad administrativa centralizada de agilización burocrática para poder impulsar las actuaciones y tramitaciones relacionadas con las comunidades energéticas.

Durante su intervención en la apertura de la II Cumbre de Comunidades Energéticas UNEF, en el Palacio de Congresos de Toledo, consideró que actualmente “lo inteligente en gastar lo menos posible, sumar esfuerzos” y ahorrar “es lo más inteligente”.

Sin embargo, para ello, habrá que ampliar las redes de transporte de energía, y hacer un “segundo bloque de inversión” porque “se han quedado estrechas las conducciones eléctricas” y esto es algo “que debería ponernos a todos de acuerdo”.

“La energía es un problema y una solución y una gran ventaja”, expresó, mencionando cómo en Castilla-La Mancha “con recursos naturales muy escasos, molinos y placas, nos hemos convertido en potencia energética”.

Algo que también sucede a nivel de país, ha destacado García-Page, que indicó que España “está en el momento adecuado y tiene el instrumento más adecuado para ser potencia energética en el futuro” y se ha mostrado convencido de que en 20 años “este país tendrá soberanía energética”.

Por su parte, la consejera de Desarrollo Sostenible, Mercedes Gómez, comenzó su intervención asegurando que la Comunidad Autónoma “ha hecho los deberes” y ya cuenta con 49.960 instalaciones en la región, que generan 888 megavatios de autoconsumo. Además, de los 16.700 megavatios amparados por la energía renovable –entre la fotovoltaica, la eólica y la hidráulica–, la región se sitúa 20 puntos por encima de la media nacional en energía renovable.

“El problema es cómo podemos utilizar esa energía y que el ciudadano perciba que el coste de la energía es más barato”, reconoció la consejera, quien defendió las comunidades energéticas como “un nuevo agente que ha venido a quedarse” pero que se encuentran “con algunas barreras”.

Entre ellas, mencionó el asesoramiento técnico –para lo cual, ha recordado, existe una oficina en el Instituto de Sistemas Fotovoltaicos de Concentración (Isfoc) de Puertollano, que ha recibido más de 42.000 consultas desde que se creó, y una oficina de asesoramiento de Bono Social Térmico–; o la financiación de las instalaciones y la formación de profesionales que puedan ayudar a los ciudadanos y las empresas a desarrollar esas instalaciones.

Por último, Gómez confía en que, estando inmersos en la nueva planificación eléctrica a 2030 por parte del Ministerio, “en los próximos días” se pueda contar ya con ella “para que se atiendan nuestras necesidades”, demandando que el IDAE “cuente con las comunidades autónomas y que las empresas eléctricas tengan claro que lo más importante es atender las necesidades de nuestros ciudadanos”.

El director del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), Miguel Rodrigo, recordó que las comunidades energéticas se impulsaron hace ya tres o cuatro años “al calor de los fondos de recuperación” y desde entonces se intentan promover, conscientes de que las tecnologías eólicas y fotovoltaicas “son las más competitivas en costes y eso va a provocar un cambio de paradigma”.

Según Rodrigo, aunque se seguirán haciendo grandes instalaciones renovables, “tiene que haber un cambio no solo tecnológico, sino en el modo de hacer las cosas, sin desplazar los grandes proyectos”, de ahí las líneas de ayudas que han ido saliendo desde 2022.

Actualmente, comentó, ya hay 8,2 gigas de autoconsumo en España “y ahí hay un recorrido fundamental para las comunidades energéticas”, destacando los casos castellanomanchegos de Abenójar, con 664 socios, y Cervera del Llano, con 52 socios.

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