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Baterías de almacenamiento: claves para elegir la configuración adecuada según normativa y aplicación

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Texto:
Maribel Cotolí Cáceres
Ingeniera Industrial de Arram Consultores SL

“El almacenamiento energético mediante baterías se ha consolidado como un componente clave en la transición energética y la gestión de redes eléctricas más flexibles. Sin embargo, no todas las soluciones de almacenamiento son iguales. A la hora de diseñar e implantar una instalación de baterías, existen múltiples factores técnicos y normativos que condicionan su rendimiento, viabilidad económica y prioridad de operación.

Una de las primeras decisiones clave es el tipo de contenedor que albergará las baterías y si éste incluye o no los inversores integrados. Los sistemas de almacenamiento modulares tipo contenedor con inversores integrados presentan la ventaja de ofrecer soluciones compactas, preinstaladas y listas para su conexión, lo que simplifica la logística, el montaje en campo y la integración en proyectos. Esta modalidad, cada vez más popular entre fabricantes líderes, reduce los riesgos técnicos asociados a la interoperabilidad y acorta los plazos de puesta en marcha. Se podría decir, incluso, que es la única opción a elegir en aquellos proyectos con problemas de espacio, sobre todo eligiendo al fabricante adecuado. Sin embargo, su principal inconveniente radica en la posible dependencia tecnológica del fabricante (vendor lock-in), que puede limitar futuras ampliaciones o adaptaciones.

Por el contrario, los sistemas en los que los inversores se ubican fuera del contenedor permiten una mayor versatilidad en el diseño del sistema y una adaptación más fácil a distintas topologías de red o estrategias de operación. Esta alternativa, más abierta, es ideal para proyectos que requieren un alto grado de personalización o para operadores que prefieren mantener el control sobre los distintos elementos del sistema. No obstante, requiere mayor complejidad en la ingeniería y más espacio físico, además de una planificación más cuidadosa para garantizar la compatibilidad entre los distintos equipos. Además, el hecho de que los inversores se sitúen fuera del contenedor de baterías implica que la instalación eléctrica entre ambos elementos debe realizarse en corriente continua (DC), lo que introduce consideraciones técnicas específicas. A diferencia de las conexiones en corriente alterna (AC), propia de plantas de almacenamiento con inversores integrados, las líneas de DC requieren un diseño cuidadoso en cuanto a distancias, secciones de cableado, protección contra sobretensiones y coordinación de equipos de desconexión. Aunque esta configuración ofrece mayor libertad para seleccionar y dimensionar el inversor de forma independiente, también supone una mayor complejidad en campo, tanto en la ingeniería como en la puesta en marcha. Además, la operación en DC entre contenedor e inversor implica una supervisión más estricta de la seguridad eléctrica, especialmente en lo relativo a las corrientes de fuga, el aislamiento y la detección de fallos a tierra.

Otro elemento decisivo es la capacidad temporal del sistema: es decir, cuántas horas puede operar la batería a su potencia nominal. En el contexto regulatorio actual, y bajo el marco del Real Decreto 1183/2020, las instalaciones con al menos 2 horas de almacenamiento comienzan a ser consideradas como gestionables, lo que les otorga ciertas ventajas operativas. Sin embargo, son los sistemas con una duración de 4 horas los que están llamados a tener un papel protagonista. La regulación actual y las futuras subastas contemplan dar prioridad de despacho a las instalaciones hibridadas con almacenamiento que puedan garantizar esta autonomía de 4 horas, consolidando así su atractivo para proyectos renovables con mayor penetración en el mercado.

El Real Decreto-ley 7/2025, aprobado por el Gobierno en junio, proponía medidas ambiciosas para reforzar esta visión, como la prioridad de despacho para sistemas híbridos, la exención de evaluación ambiental o la declaración de utilidad pública para instalaciones de almacenamiento. No obstante, dicho real decreto-ley no fue convalidado por el Congreso el 22 de julio de 2025, por lo que todas estas medidas han quedado sin efecto y no son actualmente aplicables. La normativa vigente sigue siendo, por tanto, la que se deriva del RD 1183/2020 y de la normativa comunitaria.

Esta capacidad de almacenamiento no solo es relevante desde el punto de vista normativo, sino también técnico y económico. Las baterías de 2 horas pueden ser suficientes para aplicaciones como la regulación de frecuencia o la estabilización de red, pero en escenarios de arbitraje energético, integración de renovables o gestión de picos de demanda, la opción de 4 horas ofrece un margen de operación mucho más amplio y rentable. A pesar de su mayor coste inicial, la tendencia del sector apunta claramente hacia este tipo de soluciones de mayor capacidad.

Ejemplo de planta de almacenamiento STAND ALONE, con contenedores de baterías de 2 horas de almacenamiento e inversores integrados

En relación con la integración del sistema en el entorno energético, existen dos grandes modelos de implantación: el almacenamiento hibridado con instalaciones de generación renovable y el almacenamiento stand-alone o conectado de forma independiente a la red. En el primer caso, el sistema de baterías comparte punto de conexión con una planta fotovoltaica o eólica, y puede alimentarse directamente de la energía generada. Esta configuración, amparada también por el RD 1183/2020, simplifica los trámites administrativos y permite aprovechar al máximo la energía excedentaria, contribuyendo a un mayor grado de autosuficiencia energética. Aunque el RDL 7/2025 iba a reforzar estas ventajas con nuevas medidas de tramitación preferente y simplificación ambiental, su rechazo en el Congreso ha dejado vigente el marco anterior.

Por otro lado, los sistemas stand-alone no dependen de ninguna fuente renovable propia y se conectan directamente a la red. Su principal ventaja es la libertad operativa: permiten cargar y descargar según las condiciones del mercado eléctrico, siendo muy útiles en esquemas de arbitraje, regulación de frecuencia o participación en mercados de capacidad. A pesar de esta flexibilidad, estos sistemas suelen tener menor prioridad de despacho y no cuentan con los beneficios regulatorios que sí se otorgan a las instalaciones híbridas.

En ambos casos, la evolución normativa tanto en España como en la Unión Europea avanza hacia una mayor integración del almacenamiento como actor esencial del sistema eléctrico. La nueva Directiva europea sobre baterías (UE 2023/1542), así como el Reglamento de emergencia sobre aceleración de renovables (UE 2022/2577), refuerzan el papel del almacenamiento como solución prioritaria, al tiempo que establecen requisitos más exigentes en materia de seguridad, trazabilidad, huella de carbono y reciclaje.

En definitiva, la elección entre uno u otro tipo de batería no puede hacerse de forma aislada. Factores como la integración del inversor, la duración del sistema, el tipo de operación (híbrida o independiente), así como el cumplimiento de la normativa vigente, deben formar parte de una estrategia técnica y económica bien alineada con los objetivos del proyecto. Contar con el asesoramiento adecuado y una visión clara del marco regulatorio permitirá a promotores y clientes invertir en soluciones robustas, rentables y preparadas para el futuro energético europeo, por ello, desde ARRAM estamos dispuestos a ayudarte, ya que si algo nos define que es la pasión por lo que hacemos”.

Solaria obtiene autorizaciones ambientales para 908 MWh de baterías en Castilla-La Mancha y Castilla y León

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Solaria Energía y Medio Ambiente ha obtenido las Declaraciones de Impacto Ambiental (DIA) favorables para la instalación de 908 megavatios hora (MWh) de baterías en 11 plantas fotovoltaicas ubicadas en Castilla-La Mancha y Castilla y León, según ha indicado en un comunicado.

Así, el grupo de renovables presidido por Enrique Díaz-Tejeiro ha destacado que esta nueva capacidad de almacenamiento «permitirá avanzar en la estrategia de hibridación de la compañía, integrando baterías en sus activos de generación para mejorar la flexibilidad del sistema eléctrico y optimizar la operación de sus plantas solares».

Este hito se suma a la reciente aprobación ambiental obtenida por Solaria para instalar 780 MWh de almacenamiento en su complejo fotovoltaico de Garoña (Castilla y León) de 710 megavatios (MW), uno de los mayores desarrollos solares de España.

Las baterías y los activos solares de Solaria
De este modo, con ambas autorizaciones, Solaria «consolida su posición como uno de los operadores líderes en almacenamiento renovable a gran escala». Durante 2025, la compañía ya ha cerrado la adquisición de 1.362 MWh de baterías, de los cuales un primer bloque de 116 MWh entrará en operación antes de fin de año y los 1.246 MWh restantes se conectarán de forma progresiva a lo largo de 2026.

El consejero delegado de la firma ha destacado que «la integración de almacenamiento en sus activos solares es clave para reforzar la estabilidad del sistema eléctrico europeo, reducir riesgos regulatorios y avanzar hacia un modelo energético más eficiente y digitalizado».

«Estos hitos confirman el liderazgo de Solaria en la hibridación fotovoltaica en España y consolidan nuestra hoja de ruta para los próximos años», ha añadido. Por otra parte, la firma ha señalado que su plan de hibridación y digitalización permitirá «no solo optimizar la producción renovable, sino también abrir nuevas oportunidades de ingresos a través de servicios auxiliares y arbitraje eléctrico, reforzando su papel en la transición energética europea».

Para terminar, la empresa ha subrayado que con dichas autorizaciones ambientales continúa avanzando en su «objetivo estratégico de construir la mayor plataforma híbrida de energía solar y almacenamiento de Europa».

Naturgy invertirá 117 millones de euros en sus primeros 145 MW de almacenamientos con baterías en España

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Naturgy ha iniciado los trámites para desarrollar ocho proyectos de almacenamiento con baterías, principalmente hibridados con plantas fotovoltaicas de la compañía en España, en los que tiene previsto invertir 117 millones de euros. Estas instalaciones, con una potencia de 145 MW y una capacidad de almacenamiento de 290 MWh, contribuirán a reforzar la calidad del suministro del sistema eléctrico español y permitirán una mayor introducción de energía renovable en la red.

Los siete proyectos de almacenamiento hibridados con solar tendrán una potencia de 20 MW cada uno. Cinco de ellos están localizados en Castilla-La Mancha ya que se ubicarán en las plantas fotovoltaicas de Carpio de Tajo, en la provincia de Toledo; Picón I, Picón II Picón III y La Nava, en la provincia de Ciudad Real.

El director general de Renovables, Nuevos Negocios e Innovación, Jorge Barredo, explicó que “el inicio de estos desarrollos son un paso más en la estrategia de Naturgy de liderar la transición energética en España, con una nueva tecnología que contribuye a reforzar la implantación de las energías renovables”. 

La capacidad de almacenamiento total de estos ocho proyectos de baterías de ion litio hibridadas con producción fotovoltaica es de 101.500 MWh/año, lo que equivale al consumo de más de 29.000 viviendas durante dos horas. La compañía prevé iniciar la construcción de estos proyectos en 2024, para que puedan estar operativos en 2025.

El almacenamiento, clave en el PNIEC
Estos sistemas de baterías permiten almacenar energía renovable para suministrarla cuando sea necesario en momentos de escasa producción, flexibilizando la producción de energía renovable y garantizando su integración en el sistema.

Según las proyecciones del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), en 2030 el mix energético estará compuesto en un 74% por energías renovables, donde las energías eólica y fotovoltaica tendrán un papel más relevante.

Esta situación plantea al sistema energético el reto de dotarse de herramientas de flexibilidad para gestionar la producción, acompasar generación y consumo, evitar caídas bruscas de la producción y dar capacidad firme al sistema.

En este escenario, el almacenamiento es clave en la seguridad y calidad del suministro, y por ello el PNIEC prevé la instalación de 2,5 GW de baterías y de 3,5 GW de bombeo hasta el 2030. Además, en febrero 2021 el Gobierno de España publicó su Estrategia de Almacenamiento Energético, donde las baterías estacionarias son una de las claves para la flexibilidad del sistema eléctrico.

Experiencia internacional en almacenamiento
Naturgy ya cuenta con experiencia en el desarrollo de almacenamiento con baterías a nivel internacional. El pasado mes de febrero, su filial de generación internacional, Global Power Generation (GPG), conectó a la red de Australia su primera instalación de almacenamiento de baterías a nivel mundial, lo que supuso un hito histórico para la compañía en el negocio de las renovables. El proyecto ACT Battery, ubicado en las proximidades de Canberra, tiene una potencia de 10 MW y una capacidad de almacenamiento de 20 MWh, equivalente al consumo de 3.000 hogares durante dos horas.

En ese mismo país, Naturgy tiene previsto invertir 160 millones para desarrollar su primer proyecto híbrido solar combinando la tecnología fotovoltaica y las baterías de almacenamiento. El proyecto Cunderdin será la primera instalación híbrida solar que se desarrollará en Australia. La planta contará con una capacidad solar fotovoltaica de 125 MW y un sistema de almacenamiento de energía en baterías de hasta 220 MWh. La compañía ha adquirido el proyecto a Sun Bred Power (SBP) y se encuentra actualmente en fase de construcción, con el objetivo de que entre en operación comercial durante el primer trimestre de 2024.