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La primera cultura hidráulica de Europa se desarrolló en la región natural de La Mancha

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noria y pozo

“En el 2.000 a.de C. hubo una sequía importante de más o menos 600 años y eso motivó que desapareciera el agua en La Mancha. Eso supone un problema para las primeras comunidades complejas de la Prehistoria en las que se estaba iniciando en ese momento la jerarquización social. Y lo solucionaron de forma resiliente, no de forma individual, sino comunitaria y para eso construyeron una red regional a gran escala hidráulica, de pozos. Es la primera cultura hidráulica de Europa y lo que hizo fue explotar el acuífero que hay en esta zona”, así lo aseguraba Luis Benítez de Lugo, experto UNED-UAM en la Cultura de las Motillas, en su visita al Instituto Geológico y Minero de España (IGME).

Allí se han reunido expertos de la Universidad de Iowa, la UAM y la UNED de la mano del anfitrión, Miguel Mejías, hidrogeólogo especialista en La Mancha y experto también la Cultura de las Motillas. En su opinión, “la visita del equipo de la profesora de la Universidad de Iowa Katina Lillios, experta en Prehistoria reciente del sur de Europa, sin duda, permitirá avanzar en el conocimiento de esta fascinante cultura que excavó esta red prehistórica de pozos, y hacerlo desde un enfoque interdisciplinar e internacional”.

Según nos detalla el responsable del Área de Hidrogeología Aplicada del IGME, Miguel Mejías, “el origen de esta red de explotación hidráulica implantada en la Meseta Sur, única en el mundo, pudo tener relación con aquel momento de estrés ambiental. La Cultura de las Motillas se desarrolló en la región natural de La Mancha desde finales del III Milenio cal BC hasta comienzos de la segunda mitad del II Milenio cal BC, en un momento de fuerte cambio social y crisis climática, consistente en una larga sequía. Se caracteriza por la construcción hace 4.200 años de ‘motillas’, promontorios artificiales en la Llanura Manchega cuyo propósito era acceder al agua subterránea almacenada en sus acuíferos”.

La profesora Katina Lillios, especialista en Arqueología de las primeras sociedades complejas, se encuentra realizando una estancia de investigación en España para estudiar los procesos de cambio cultural sucedidos en La Mancha en los comienzos de la jerarquización social. Esta semana su equipo de estudiantes y jóvenes talentos graduados participará en la campaña de estudio arqueológico en Castillejo del Bonete, lugar sagrado de la Prehistoria cuya relación con el agua también fue estudiada por el IGME.

Previamente al inicio de su trabajo de campo, la profesora Lillios ha querido tomar contacto con el Instituto Geológico y Minero de España, para conocer de primera mano los últimos avances científicos sobre esta cuestión. La delegación de la Universidad de Iowa ha estado acompañada por el profesor Luis Benítez de Lugo y por Valentín de Torres-Solanot del Pino, administrador de E2IN2, empresa destinada al mecenazgo y apoyo económico de proyectos que generen alto valor añadido económico y social.

Su labor en materia arqueológica ha hecho posible, mediante un apoyo de 40.000 euros, la investigación de la Cultura de las Motillas a través de diversos análisis y campañas de trabajo de campo, la primera de las cuales comenzará en Castillejo del Bonete bajo la dirección de los profesores Benítez de Lugo y Lillios. De Torres ha manifestado que “confía en que su apoyo financiero pueda servir de efecto llamada para que otras empresas se animen a colaborar con la investigación de culturas antiguas, como la de las Motillas, que surgió para hacer accesible el agua en época de sequía”.

El IGME desarrolló en 2014 un proyecto de investigación competitiva para el estudio de la Cultura de las Motillas, cofinanciado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y codirigido por Miguel Mejías y Luis Benítez de Lugo. Fruto de aquella investigación surgieron varias publicaciones científicas sobre la cuestión, en el marco del Grupo de Investigación ‘Hidrogeoarqueología’.