Más del 50% de la energía que se produce en Castilla-La Mancha procede de fuentes renovables y serían capaces de garantizar todo su consumo eléctrico
El Gobierno de Castilla-La Mancha ha diseñado un plan específico encaminado hacia un cambio de modelo energético impulsando las energías renovables frente a las fósiles que supondrá una inversión de 50 millones de euros para la instalación en 851 edificios públicos de placas solares fotovoltaicas como las que se han instalado en el edificio de la Viceconsejería de Medio Ambiente, y que tendrá continuidad en los próximos meses con nuevas instalaciones en la sede del IVICAM, el centro tecnológico de investigación pública más importante de la región, entre otras localizaciones, lo que supondrá un ahorro en la factura de consumo eléctrico con la que se amortizará la inversión realizada en solo 5 años.
El consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, con motivo de la Celebración del Día Mundial de la Energía el pasado día 14 de febrero, ha indicado que la energía solar fotovoltaica en la región es fundamental, siendo Castilla-La Mancha, con 1.742 gigavatios-hora, la primera Comunidad Autónoma en producción de España, donde más del 50% de la energía que se produce en la región procede de fuentes renovables y “solo con esta producción llegamos a un 100% del consumo de energía eléctrica” en Castilla-La Mancha. Así, ha dicho, “con nuestra energía renovable somos capaces de garantizar el consumo de toda la comunidad autónoma”.
La instalación, ubicada en la azotea del edificio de la Viceconsejería de Medio Ambiente, ha comenzado ya a generar energía limpia para autoconsumo a través de sus 72 paneles solares fotovoltaicos, que generarán una potencia total de 20 kilovatios, reduciendo la huella de carbono de este edificio y evitando la emisión de más de 9.000 kilos de dióxido de carbono al año a la atmósfera, contribuyendo a descarbonizar el parque inmobiliario, responsable de aproximadamente el 36% de todas las emisiones de CO2 de la Unión Europea.
Con una inversión de 28.000 euros, se prevé reducir la factura eléctrica en más de 5.000 euros anuales, con lo que la instalación se amortizaría en cinco años.